Mirando el altar...

Trasteé por toda la mansión buscando a Beato-chan, pero no la encontré. La verdad es que me fuí de repente y sin avisar porque me había olvidado el móvil en la habitación y... Podría tener una llamaba importante. Estuve buscando a mi "mentora" pero no la encontraba... y al final busqué fuera y acabé aquí... En una iglesia... Con el hijo de Dios observándome, igual que aquella vez... Aquella maravillosa vez en la que... Ah~! Me emociono cuando pienso en ello, cuánta felicidad entonces.

Observaba el altar con cierta tristeza y nostalgia juntas, recordaba viejos tiempos, buenos recuerdos desde luego. En fin, estar lejos de ellos me ponía triste pero no dejaré que eso me quite la sonrisa de mi cara... Se disgustarían si lo supieran, sobre todo él.

-¡Aaaah! ¡No, Haine, no! ¡Sonríe! ¡Debes sonreír! ¡Has superado muchos obstáculos, esto no es nada comparándolo! -Me dije a mí misma en voz alta, dándome palmaditas en las mejillas.

Mm... ¿Eh?

-Oh oh... ¡¿Dormida en la iglesia?! ¡Dios, qué vergüenza! -Me levanto de repente de uno de los banquillos.- Ya ves, como son tan cómodos... Será mejor que me vaya antes de que Dios me castigue.