Llegando a Hinamizawa

Me encontraba yo aquel día montada en el autobús que me llevaría a Hinamizawa, el pueblo en el que vivía, mientras observaba el paisaje por la ventana.

La verdad era que sin ser gran cosa, era un pueblo bastante pintoresco. Daba la impresión de que guardaba más secretos de lo que pudiera parecer a primera vista. Estaba situado junto a un gran bosque, donde dicen que a veces se puede escuchar el canto de las cigarras... En general, Hinamizawa es el sitio perfecto para desconectar de todo y de todos.

El autobús iba bastante vacío. La verdad era que Hinamizawa no destacaba especialmente por su turismo para ser sinceros.

Cuando el autobús paró, me levanté rápidamente y me dirigí a las escaleras para bajar.