Clase del Jueves (Beatrice)

Llegué a clase temprano, con un par de libros en mano. Hoy tocaba literatura y la verdad me emocinaba... Leeriamos sobre la guerra y sobre autores que hablan sobre cadáveres y cabezas degolladas. O eso esperaba yo.

Dejé los libros en mi sitio y me dispuse a saltar de mesa en mesa, practicando mi agilidad o la medicina anti-aburrimiento, depende del punto de vista. Una mesa. Dos. Otra mesa. Tres. La mesa de la profesora.

La profesora... Mi profesora de literatura, habia oido comentar, era mi querida Beatrice. Era tan odiosamente feliz. Intentaria portarme bien, o al menos, no tan mal.

-¡Te espero Beatrice! -grité con mi seria y suave voz, para despues soltar una gran risotada.

Escuché la voz de una de mis estacas sin duda era Satan,aparecí sentada en mi mesa mientras la miraba con seriedad.

-¿Te diviertes Satan?-susurré muy levemente- eres la primera que llega a una de mis clases, interesante, estoy conmovida- no pude evitarme y me reí

Al principio no sabía como tomarme la pregunta de Beatrice, si era o no de reproche por estar en su mesa, de pie, a saber con que aspecto gritando y riéndome. Pero luego su risa arrulló mis oídos y pude relajar la posición defensiva que había tomado.

-Debería de saber que la fidelidad no se pierde con facilidad -contesté ante su sentimiento de conmoción que casi rozaba mi orgullo, el de la tercera hija del infierno. Tintinee la pulsera que me había regalado un tiempo después de llegar a la isla de las jodidas y lloricas gaviotas- igualmente, la literatura me agrada- concluí.

Sin bajarme de la mesa me senté en ella mirando el pobre horizonte de la clase. Estaba vacía y a estas horas mis hermanas ya estaban aquí montando follon y provocandome un dolor de cabeza horrible.

Alcé mi vista por la ventana, viendo aquel cielo azul puro y esas gaviotas que llegaban hasta aqui con sus graznidos, por un momento me quede sumida en mis pensamientos.
-La literatura es preciosa-susurré- es como contar un cuento desde nuestros orígenes-de pronto hice aparecer una gafas de forma intelectual- parece que seras la unica a la que de clase,¿serias capaz de hacer un poema con alguna palabra que nos caracterice?-sonreí

- Te damos a elegir un gran final, un mágico final. Una tierra dorada de cuento de hadas. Pero sí osas desafiar su integridad te lo haré pagar, porque a mi maestra siempre deberás de venerar sí el cuello quieres salvar.

Era bastante malo pero muy sincero. Estaba empezando a hartaspe de la 'nueva' Beatrice y obviamente esos versos lo demostraban.

-Interesante, interesante-sonreí satisfecha mientras con el dedo índice hice que unas mariposas doradas escribieran el verso en el aire,y con una pequeño soplo desaparecieron en el aire convirtiendose en polvo dorado.-Con un sólo verso se pueden ver con claridad los sentimientos del autor de dicho poema,que enternecedor.