Habitacion de Battler Ushiromiya

-Disfrutar del té conmigo-me servi otra taza de té- si tienes algo que decirme es el momento.

Toqué a la puerta de la habitacion,antes era el despacho de Kinzo por lo que podia ver,no tenia ganas de usar mi magia aun estaba medio adormilada,asi que entre.
-¿Se puede saber a que viene tantos murmullos?-me restregue lo ojos mientras bostezaba-intentaba dormir

Me adentré en la habitacion tomando asiento y cogiendo una taza de té.
-Se os ve entretenidos,no venia a molestar-di un sorbo al té-solo queria que hablarais más flojo,esta mansion siempre ha parecido que tiene las paredes de papel

-Eso era por el pomo me la puerta,tiene un simbolo contra brujas,concretamente contra mí,pero no me ha hecho nada-susurré mientras daba otro sorbo-estara defectuoso

-Mis poderes los tienes tu,por lo tanto soy humana temporalmente-dije despreocupada mientras miraba la taza de té.

-Buena estrategia,pero-le miré-que sea humana no significa que este indefensa-dejé la taza sobre la mesa-La heredera de la familia Ushiromiya seria yo,si no te hubiera cedido la herencia y el lugar que ocupas,Battler-Beatrice

-No soy una Ushiromiya no digo que lo sea,pero si amante de tu abuelo-me puse una mano en la frente-no para nada,cosas de un viejo loco obsesionado

Los observe detenidamente comprobando que Battler estaba de verdad dispuesto a negar la magia y a mi.
-Yo he podido entrar aqui porque, el pomo esta hecho para repeler a Beatrice mayoritariamente, y como yo no soy Beatrice he podido resistir al poder del pomo.

-Así es,Kinzo hizo esta habitacion para repelerme a mi,no a las demás brujas-dije de lo más calmada,y volví a coger la tetera para hecharme un poco mas de té,la conversación se estaba volviendo un poco larga y aburrida,podría reconocernos y ya está pensé,pero seria demasiado facil,dejé la taza y me dispuse a irme- Battler cuando tengas algo divertido para mí,ven a buscarme-salí de la habitacion mientras me despedia de Bernkastel

Me despedi de Beato, seguramente iria al encuentro de su joven aprendiz, pude sentir su llegada a la isla.
Battler y yo nos quedamos solos no tenia mucho mas que decir asi que me quede en silencio mirando fijamente mi taza de té.

-No hare nada que este en contra de tus planes-mire a uno de los relojes que habia ne la pared-y ahora si me disculpas debo retirarme, hablaremos con mas calma en otro momento, un placer haber hablado contigo-con mi magia materialice otro lazo en mi vestido y mire a Battler sonriendo un poco y me desvaneci en una nube de mariposas doradas.

Desde el exterior del despacho llamé a la puerta suavemente. Esto era estúpido. ¡¿Como es possible que siendo su estaca no pueda entrar en el despacho sin ser invocada?! Más que estúpido. Más que exasperante. ¡¡Irritante!! Volví a llamar con un poco más de intensidad.

-Señor Battler... –nombré a modo de petición.

Podía notar la antigua presencia de Beatrice y Bernaskel en la habitación así que el nuevo amo ya no estaría ocupado. La curiosidad era inevitable... ¿De que habían estado hablando?

Lo miré furibunda como queriendo matarlo.

-Yo no he gritado -dije lentamente y separando mucho las sílabas- Si estuviese en mi casa podría entrar sin tener que llamar a la puerta, ¿no crees?

Me adelanté con paso rápido y seguro hacia dentro y me senté comodamente sobre su sillón con una pierna sobre el apoyabrazos mientras mi diestra jugaba con un mechon de mis plateados cabellos.

-Venia a decirte que soy la única estaca por estos momentos en Rokkenjima.

Me ponía de los nervios. Irritación. Ira. Odio.

-¿De vacaciones, quizás? -dije encarnando la ceja izquierda intentando ser irónica- ¡Yo que sé! ¿Como demonios pretenes que me las coma? Soy Satan no Beelzebub. No eres ni si quiera capaz de distinguir a tus propias estacas -le espeté con odio- vergonzoso.

Yo podía representar a Satán el pecado de la Ira... Pero el... El era... El pecado de la insoportabilidad, si es que existiese uno con ese nombre apostaba mi puesto a que sería suyo.

Lo fulminé con la mirada.

-¿¡Estás insinuando que estoy gorda!? -chillé enfurecida poniendome de pie- si no fueses mi amo, si no lo fueses.. Atravesaria tu cálido pecho una y otra vez hasta sentirme saciada -dije volviendo a la calma y sentandome otra vez.

No sabía con quien estaba jugando. Si solo lo supiese.